Autoexigencia: "Nada de lo que haces es suficiente… ni siquiera para ti.”
- El Equipo de Café Terapia
- 19 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 24 abr
Cumplís. Rendís. Lográs. Y sin embargo, sentís que no alcanza. Te exigís un poco más. Después otro poco. Después… ya ni sabés desde cuándo.
La autoexigencia es una de las formas más silenciosas de maltrato interno. No se nota desde afuera. De hecho, muchas veces es celebrada. Eres "eficiente", "responsable", "comprometida". Pero adentro, hay una vocecita que nunca se calla: “Podrías haberlo hecho mejor.”
🔁 El perfeccionismo como cárcel
La búsqueda constante de hacerlo todo bien, de no fallar nunca, de dar siempre más, termina por volverse una trampa. Te alejás del disfrute. Te llenas de culpa por descansar. Te agotas… pero sigues.
Y lo más triste es que esa exigencia, muchas veces, no nació de vos. Quizás fue una mirada crítica, una infancia de expectativas, una cultura que te enseñó a valer por lo que haces y no por lo que eres.
🌿 Empezar a soltar no es rendirse
Cuestionar la autoexigencia no significa abandonar tus proyectos o dejar de mejorar. Significa empezar a mirarte con más compasión, aprender a poner límites, y entender que no tienes que demostrar nada para merecer descanso, afecto o reconocimiento.
Puedes ser responsable y sensible. Puedes ser ambicioso y también vulnerable. Puedes dejar de exigirte tanto… y seguir creciendo igual.
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Porque no tienes que ser perfecta para estar bien.
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