El dolor crónico: cuando el cuerpo duele más allá del cuerpo
- El Equipo de Café Terapia
- 24 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 mar
Por el Dr. Felipe Rilova Salazar (Medico Psiquiatra)
Enfrentar el dolor crónico es mucho más que calmar una molestia física: es acompañar una experiencia compleja que afecta la vida emocional, relacional y funcional de las personas. En el enfoque del Dr. Fernando Martínez Pintor y su equipo, el dolor crónico deja de ser solo un síntoma para convertirse en un fenómeno biopsicosocial, que requiere atención desde múltiples frentes.

¿Qué entendemos por dolor crónico?
El dolor se vuelve crónico cuando persiste más allá del tiempo habitual de curación —por lo general, más de tres meses—, y deja de cumplir su función de alerta para transformarse en un problema en sí mismo. A menudo se acompaña de trastornos del ánimo, ansiedad, insomnio, aislamiento social y una profunda sensación de impotencia.
Tratamientos no farmacológicos: una respuesta integral
Lejos de reducirse a una receta médica, el abordaje moderno del dolor crónico implica una intervención interdisciplinaria. Según Martínez Pintor, el tratamiento debe incluir el cuerpo, la mente, las emociones y el entorno. Entre las estrategias no farmacológicas más relevantes se encuentran:
Psicoterapia cognitivo-conductual, que ayuda a modificar pensamientos distorsionados sobre el dolor y recuperar el control sobre la propia vida.
Mindfulness y técnicas de relajación, que reducen la tensión física y emocional, favoreciendo una relación menos reactiva con el dolor.
Rehabilitación física y ejercicio adaptado, fundamentales para mejorar la movilidad, evitar el deterioro funcional y devolverle al cuerpo su rol activo.
Educación al paciente, para comprender el funcionamiento del dolor y desarmar el miedo que muchas veces lo alimenta.
Acompañamiento emocional y grupal, que rompe el aislamiento y ofrece una red de sostén.

Un espacio para el cuidado integral
En Café Terapia trabajamos con una mirada que reconoce al dolor como un fenómeno complejo que necesita escucha, experiencia y compromiso profesional. Nuestros terapeutas están formados para acompañar procesos donde el cuerpo y la mente se entrelazan, y donde muchas veces el dolor es también una forma de decir lo que no se puede expresar con palabras.
Sabemos que vivir con dolor no es solo aguantar. Es encontrar nuevas formas de habitar el cuerpo, recuperar proyectos, y resignificar lo que duele.
¿Vivís con dolor crónico? Estamos acá para ayudarte. Tu terapeuta puede marcar la diferencia.
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